4 tips para dejar la Evitación y ponerte en Acción
“¡Tengo que realizar una presentación pública sobre mi trabajo! Y debo hacerlo perfecto, porque mi jefatura, mis pares y yo mismo tengo una alta exigencia sobre mi, que si no cumplo ¡voy a quedar muy mal! frente a los demás, muy frustrado conmigo mismo y también avergonzado… Debo saberme todo, por lo tanto necesito estudiar mucha información, para que no me sorprendan con preguntas, pero tengo tanto trabajo, que no sé si podré darme el tiempo suficiente para prepararme”…
Esto podría parecer una exageración, pero la verdad es que este tipo de pensamientos son los que se nos disparan automáticamente, cuando sentimos miedo a hablar frente a otros y debemos realizar una presentación o explicar nuestro trabajo frente a un equipo.
Es una mezcla de exigencias que nos autoimponemos y que también provienen de algunos entornos laborales exigentes y competitivos, donde el error no es reconocido como un factor fundamental en los aprendizajes que tenemos las personas, sino más bien es considerado como una “falla personal”.
Los Pensamientos influyen en como nos sentimos
Nuestros pensamientos son tan poderosos, porque con ellos vamos construyendo nuestra realidad, y en las situaciones nos sentimos de acuerdo a cómo pensamos en ellas.
Desde ahí, construimos ideas o pensamientos que nos generan por ejemplo ansiedad a la hora de prepararnos o hacer una presentación pública.
Puede que tu estés dentro del grupo de personas que sienten muchisíma ansiedad varios días antes de la presentación, sintiéndote muy incómodo, nervioso, con sensaciones físicas tan molestas como el “estómago apretado que no puedes comer” e incluso tienes dificultades para dormir la noche anterior a tu exposición.
Todo esto hace que evites “enfocarte en trabajar para tu presentación”, y comienza la PROCASTINACIÓN, es decir, posponer irracionalmente, el finalizar una tarea que te provoca un estado emocional de nerviosismo, pero que lo aumentas al evitar realizarla y te vuelves DISPERSO, no le das el tiempo necesario a tu presentación, porque además estás “muy ocupado con todo lo que tienes que hacer diariamente” y en algunas ocasiones le restas importancia a lo que vas a presentar y “justificas tu no preparación con ello”.
Pero al llegar el momento, puedes experimentar una reacción de PÁNICO, porque no te queda más tiempo para prepararte, y ya “la suerte está echada”…
Es aquí, donde es altamente probable que se cumplan todos tus temores de quedarte en blanco, que se te olviden “partes de lo que vas a hablar”, que no te escuchen, etc. De alguna manera, es como si quisieras confirmar que realmente no puedes manejar tu miedo a hablar público, lo que se traduciría en “miedo a lograrlo”, Si! Miedo a logralo.
O quizás, eres de esas personas que estudian, estudian y estudian muchísima información y esto también te provoca ansiedad, porque necesitas saber tanto para sentirte seguro, que también puedes caer en ser disperso, queriendo abordar muuuuchos temas y no te sientes nunca bien preparado…Esto sin duda, también hace que tu desempeño tampoco sea el que esperas, porque no logras priorizar la información y te pierdes.
En ambos casos, estás evitando y lo haces por la manera en que piensas sobre la situación donde vas a exponerte. Lo paradójico de esto, es que cuando evitas, crees que tu ansiedad disminuye, pero en realidad lo que haces es aumentarla, ya que el evitar es una reacción frente al miedo, es como huir, y puedes llegar a sentir “cierto alivio momentáneo”, pero el miedo y la frustración siguen estando contigo.
Aqui te entrego 4 tips para ponerte en acción:
Comienza tomando conciencia de los tipos de pensamiento que tienes, en específico al Hablar en Público. Haz una lista de ellos.
Conéctate con Pensamientos que te ayudan a movilizarte. Haz una lista de ellos.
Proporcionate el tiempo necesario y de calidad para trabajar en tu presentación. Planifica tu horario con antelación y asegurate de que nada, ni nadie, te distraiga o moleste durante ese tiempo
Pregúntate ¿qué quiere tú audiencia escuchar? Y según esto prioriza tus temas, haciendo una lista de acuerdo a las necesidades de tu público.
Y observa en cada momento los pensamientos que estás teniendo, porque ellos te conducirán a la acción efectiva o a la evitación.
Y pregúntate ¿qué otras decisiones importantes en tu vida, estás evitando tomar?
¡Espero te haya sido muy útil este artículo!
Si estás ya estás preparad@ para trabajar en profundidad con esos pensamientos que te generan el miedo escénico, conversemos
Un abrazo
Marianella