No necesitamos ser perfecto/as para tener éxito hablando en público…

En diferentes ocasiones, muchos de nosotros hemos asistido a charlas de personas que poseen grandes habilidades de presentación o son oradores reconocidos y hemos pensado para nosotros mismos, “Esta persona es increíble y yo nunca podría llegar a hablar de ese modo calmado/a, seguro/a de mí mismo/a, divertido/a, capaz de captar la atención de la audiencia… o lo que sea.”

Pues muy bien, debo contarte algo muy importante, no necesitas ser extraordinariamente inteligente, o perfecto/a para tener éxito cuando hablas frente a otros. Tú puedes cometer errores, tener sensaciones físicas intensas (transpiración, sequedad de la boca, etc) e incluso olvidar una parte completa de lo que estás hablando, puedes no ser tan divertido/a o entretenido/a y seguir teniendo éxito con tú público. Porque el éxito para hablar en público se define ahí, en la relación que podemos construir con las personas que nos escuchan.

Créeme, tu audiencia no espera la perfección…al contrario mientras más cercano te ven, más empatizaran contigo.

La mayoría de nosotros se pone mucha presión al intentar un desempeño perfecto. Trabajando días para preparar una charla o una presentación, preocupándonos de memorizar TODO y en no cometer errores, invertiendo muchas horas repitiendo y recordándo que decir, y ¿sabes qué? todo esto te hace sentir mucho más ansioso e inseguro.

Bueno, por supuesto que la preparación previa es importante, pero no en busca de la perfección, sino en lo que quiero entregar de valor para las personas que me escucharán, las investigaciones señalan que el aprendizaje que perdura en el tiempo es el que esta asociado a una experiencia. Por lo tanto cuando debas hacer una presentación frente a otros, te invito a que pienses en ¿Qué es lo importante para estás personas? Y elige 1 opción y trabaja en entregarles ese valor.

Lo que realmente importa cuando hablamos frente otros es dar algo de valor a tu público y si ellos lo reciben considerarán tú charla como exitosa.

“No tengas miedo de la perfección, nunca la alcanzarás”.

Salvador Dalí