El miedo a hablar en público
Por: Psicóloga Marianella Ruiz Cortés
“Imagina que estás de pie frente a un auditorío lleno de personas, que han ido a escuchar una presentación tuya, y están todos muy expectantes de que comiences a hablar…”
Quizás muchos de nosotros, nos sentimos inmediatamente nerviosos al imaginarnos en esta situación, sin embargo podríamos llegar a comunicar de una manera clara nuestras ideas.
Pero ¿qué ocurre con aquellas personas que el miedo los vence y no logran hacer una presentación donde puedan comunicarse claramente, seguros de sí mismo, sin miedo y que al finalizar su exposición puedan sentirse contentos con su desempeño?
El miedo a hablar frente a otros, es algo que le ocurre a un porcentaje no menor de personas, con diferentes niveles de intensidad, pero que sin duda puede ser una experiencia muy intensa y desagradable, tanto por los síntomas físicos que podemos llegar a experimentar frente a esas situaciones; tales como pulso acelerado, sequedad de la boca, sudoración, ponerse rojo, temblor en las manos, en la voz, etc. Y las ideas que acompañan estas sensaciones; “no lo estoy haciendo bien”, “los otros son más expertos en el tema que yo”, “estoy siendo aburrido”, “se está notando lo nervioso que estoy”, Imaginar situaciones como caerse frente a todos, etc.
Las razones se pueden deber a diferentes factores, algunos relacionados con exigencias familiares que términan fomándo a personas con altos niveles de autoexigencia, situaciones puntuales de traumas como por ej: bullying y en ocasiones no necesariamente son eventos de traumas graves, quizás algún comentario no tan relevante de alguien, nos provoca el miedo a expresar nuestras ideas.
En este contexto, es importante reconocer que el miedo siempre esta presente en situaciones donde podemos ser evaluados por otros y el desafío es transformar este miedo en un aliado que motive e impulse.
Para lograrlo se debe trabajar en:
Las ideas o creencias limitantes que nos vamos diciendo de modo automático, en el momento en que estamos presentando un tema frente a otros.
En técnicas de respiración y expresión corporal.
Trabajar en la integración mente y cuerpo, de manera que podamos relacionarnos de manera saludable con la emoción que sentimos en las exposiciones públicas.
Entrenar, entrenar, entrenar y entrenar.
Finalmente aceptar que todos podemos mejorar nuestras presentaciones y lograr hablar en público de manera clara y ordenada. Mejorando nuestras competencias, con resultados que nos hagan sentir seguros de nosotros mismos, y así disfrutar más del momento.
“La conducta espontanea, es resultado de lo sobreentrenado”